Cruce de caminos que el tiempo borra, donde vivieron el Amor y el Compromiso.
Cuentan los mayores que este lugar era un cruce de senderos o caminos de herradura. El agua siempre ha sido un bien preciado y los viajeros que desde Jabaloyas bajaban hacia el Marquesado y Salvacañete o al contrario, así como los que subían desde Alobras, Tormón o Veguillas hacia los pueblos de la zona del nacimiento del río Cabriel o viceversa, encontraban un lugar de descanso con abundante agua; después de recorrer unas cuantas leguas necesitaban un lugar como éste, donde comer y hablar con los distintos lugareños con los que se cruzaban. Al igual que los que los guiaban, los animales o caballerías agradecían un trago de agua y un poco de descanso.
Algunos jóvenes que acompañaban a sus padres y paraban a descansar junto a la fuente, se enamoraban. Uno de los temas de conversación de los viajeros era los hijos e hijas que tenían. En esas conversaciones concertaban sus bodas, concretaban las dotes de cada hija y acordaban las fechas de cortejo y boda, adquiriendo un compromiso de boda, por ello la fuente del Tornajuelo pasó a llamarse también Fuente de los Casamientos.